LA POPA
(Cartagena
de Indias, Colombia)
Nota: Se recomienda tomar un taxi
($4.000 col aproximadamente), por lo empinado de La Popa.
Cuando
el viajero se acerca a Cartagena por cualquiera de las tres vías
-terrestre, marítima o aérea- lo primero que divisa
desde lejos es una serranía o pequeña colina, cuya
parte más alta mide 148 metros sobre el nivel del mar.
Siempre se le ha llamado La Popa de La Galera.
Cuando
el visitante penetra en el interior del convento queda admirado
ante la magnificencia del patio central y sobre todo, ante la
solidez de columnas y paredes capaces de resistir los ataques
y bombardeos.
La iglesia
fue dedicada a la purificación de la Virgen o Candelaria,
nombre que le viene de las candelas que bendicen en su honor el
2 de febrero, día de las fiestas.
No hay
en Cartagena festividad alguna, ni cívica ni religiosa,
que revista un esplendor igual, y ni siquiera parecido, al de
la fiesta de la Candelaria de la Popa. Las multitudes que forman
en la solemne precesión el día 2 de febrero, desde
el santuario de la Popa hasta el centro de la ciudad, no se contemplan
en ninguna otra concentración popular.
HISTORIA
A
finales del siglo XVI, cuando comienza la historia del convento,
el cerro de la Popa era todavia un lugar salvaje cubierto
por espesa selva que servía de refugio a muchas especies
de reptiles, algunos de ellos terriblemente venenosos. Esto
hacía que los habitantes de Cartagena mirarán
el lugar como algo terrorífico e impenetrable. Pero
lo que más terror les infundía era la presencia
allí del demonio.
Estando el P. Alonso de la Cruz absorto en la meditación,
oyó que se le decía que fuese a Cartagena
y que allí, en la
cima de un monte llamado la
Popa de La Galera, edificase otro |
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monasterio
dedicado a la Santisíma Cruz. Consultó lo sucedido
con el venerable Mateo y con Vicente Mallol; y contando con su
aprobación, partió de la Candelaria (El Desierto
- Ráquira) con los compañeros que le fueron asignados
para la fundación del convento solicitado, llegando a Cartagena
y obtenido, después de mucho suplicar, el debido permiso...
Alonso procuró tomar posesión del lugar para comenzar
inmediatamente la construcción del convento. Allí
Alonso fabricó una humildísima choza con las ramas
de los árboles y continuó con sus compañeros
la vida eremítica y reformada, entregado a los ayunos y
a las penitencias.
Para 1612
el convento ya estaba a punto de acabarse y en él se habían
invertido 15.000 ducados, suma bastante respetable en esos tiempos.
La construcción tardó unos 6 o 7 años en
terminarse.
Desafortunadamente
son pocos los datos precisos que se tienen sobre el convento,
pues los archivos históricos han desaparecidos por completo
a causa de las invasiones que ha sufrido.
Desde sus
comienzos la Popa ha sido blanco de todas las miradas, incluyendo
la de los piratas, quienes la consideraban como un castillo fortificado
que había que tomarse de alguna manera. En 1585 el famoso
pirata inglés Juan Drake asaltó a la Ciudad Heroica
con una flota de 23 navíos y una fuerza de 2.500 hombres.
Los ataques continuaron, esta vez afectando al convento de la
Popa.
Para
cuando fue atacado el convento, Cartagena ya tenía construídas
sus famosas e imponentes murallas, que fueron su salvación;
la Popa, en cambio, sólo contaba con la ventaja de estar
retirada y elevada sobre el nivel del mar; de algo le sirvió
esto para no ser devastada totalmente, aunque después de
cada ataque quedaba para invertir en ella grandes sumas de dinero
en reparaciones.
De los nueve
años que duró la época de la independencia,
1816 fue la más desastroso, tanto para la Popa como para
Cartagena en general.
Hambre, penuria
económica, destrucción fue lo que quedó después
del sangriento sitio de Cartagena. Aunque los recolestos querían
volver a su convento, poco o nada podían hacer; la restauración
era costosa y no había dinero en la ciudad.
En 1864 la
iglesia de la Popa quedó bajo la autoridad de la curia
eclesiástica de Cartagena, mientras el convento siguió
siendo de propiedad de la Nación. Permaneció arruinado
hasta 1880, cuando el doctor Rafael Núñez, Presidente
de la República, ordenó reconstruirlo y destinarlo
para cuartel de aclimatación de la guardia colombiana,
recibiendo el título de Viejo Hospital Militar.
El 4 de marzo
de 1961, el Gobierno Departamental de Bolívar hizo oficial
de las ruinas a los agustinos recoletos, quienes emprendieron
la reconstrucción el 12 de junio del mismo año.
Los cartageneros
subían cada año en febrero a homenajear a su Virgen
Morena, esto no impidió que los recoletos empezaran una
gran campaña para llevar peregrinos a la Popa, especialmente
con motivo de las fiestas patronales de esa manera el pueblo cartagenero
volvía a ver frailes recoletos allí y, sobre todo,
se daba cuanta de que las obras de reconstrucción iban
en serio, motivándose así para colaborar con sus
limosnas.
Precisamente
fue durante las fiestas patronales de 1965 cuando el entonces
alcalde de Cartagena, Dr. Juan Pupo Mora, declaró a la
Virgen de la Popa PROTECTORA DE LA CIUDAD Y DE SUS CONTORNOS,
ante una multitud fervorosa congregada en la Avenida Pedro de
Heredia.
Finalmente,
el 6 de julio de 1986, al cumplirse 25 años del regreso
de los recoletos a la Popa, el papa Juan Pablo II, durante su
visita a Cartagena, coronó solemnemente la actual imagen
de la Virgen de la Candelaria, ante una multitud como las que
suele congregar él, reunida en le explanada de Chambacú.
Horario
de atención:
Lunes a Domingo de 8:30 a.m. a 5:30 p.m.
Valor
de la Entrada:
- Niños $2.500 col.
- Adultos $4.500 col.